Ocupó una silla entre sus asesores políticos, y envuelto en la manta de lana escuchó en silencio las breves propuestas de los emisarios. Pedían, en primer término, renunciar a la revisión de los títulos de propiedad de la tierra para recuperar el apoyo de los terratenientes liberales. Pedían, en segundo término, renunciar a la lucha contra la influencia clerical para obtener el respaldo del pueblo católico. Pedían, por último, renunciar a las aspiraciones de igualdad de derechos entre los hijos naturales y los legítimos para preservar la integridad de los hogares.
- Quiere decir - sonrió el coronel Aureliano Buendía cuando terminó la lectura - que sólo estamos luchando por el poder.
{Gabriel García Márquez - Cien años de soledad}
{Leones del Congreso de los Diputados, Madrid}
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